Y me rendí
Decidí que era justo para las dos, Tristemente acepté dejarte con tu vida a cuestas, Con tus ganas de seguir rezándole a tu soledad Causando en otras las ganas de cuidarte Más no en mí, Y me rendí Ante el reclamo callado de que no puedo enamorarte, De escuchar tus lamentos por no encontrar a ‘alguien’, Más no a mí. Y me rendí, Cansada bajé los brazos Girando sobre los talones me alejé, Dejé atrás tu mirada serena Y a lo lejos aún escuché tu reproche Y entonces fui yo al fin, -Cuando menos digna de tus labios al reclamo- Y me rendí Sólo para que creyeras que siempre tuviste razón -Entonces eres egoísta- decías un día, -te aburrirías de mí- continuabas al siguiente, Y me rendí, Al final es cierto que no puedo llevarte Sobre el hombro a cuestas Más en este instante A mis brazos les falta el peso de tu insignificante vida, Y me rendí Al dolor de tu presencia que no se completa Me falta la vaga sonrisa que aparecía