Esto no es una Historia
PUTA –se escuchó que murmuraba un grupo de alumnos, ni siquiera eran de los más destacados, al contrario, para ser el primer día de clase debían ser de los parranderos vividores que nunca faltan en una universidad y al parecer abundaban en esa carrera, ya que no había avanzado un metro cuando entre otro grupito de estudiantes se escucharon risitas burlonas y exclamaciones incrédulas mientras todas las miradas se dirigían a la chica nueva.
Pronto en todo el pasillo se escuchaban murmullos y risas, ella evadía miradas que a lo descarado la desnudaban lascivamente o bien la recorrían de arriba abajo con un marcado aire de superioridad.
Ya dentro del aula nadie se sentó junto a ella, incluso aquella mujer que claramente se vestía como PUTA VULGAR se levantó para buscar otro lugar más alejado de la "nueva", lo que provocó una espontánea risa de ironía en Violetta y claro que iba a aceptar la bofetada de guante blanco que le estaba dando como bienvenida no ya la chica con ropa de puta, no ya el grupo persignado en el que estaba, sino toda la pinche escuela, claro que tenía que comenzar en algún lado su ofensiva y la lanzó al aire: "creí que en Psicología ser PUTO era lo normal y blasfemia ir a misa, no sabía que iba a toparme con curas y monjas". El grupo enfureció y estaba dispuesto a lanzar su contraataque cuando entro el profesor al grupo. Como nadie la quería cerca se sentó en primera fila, tuvo la suerte de que el profesor era un asiduo cliente de la agencia, discreto por supuesto, como era de esperarse de los clientes de alta alcurnia, sólo entonces sintió que recuperaba algo de su seguridad y dignidad.
Al terminar la clase el profesor le pidió lo acompañara al carro para dejar con ella los libros donde venían los capítulos que estudiarían la siguiente clase, pero claro que todos protestaron e incluso otra compañera se ofreció a ser ella quien fuera por los libros. Violetta sabía que había ganado, al menos esta vez, la victoria era suya. Haciéndose la mosquita muerta no obstante antes haber dedicado una sonrisa cómplice al profesor, respondió: -por mí no hay ningún problema profesor, incluso puedo sacar yo las copias para todos, justo en la esquina de mi calle venden la fotocopia a 20ctvs. –Excelente, cómo dijiste que te llamas? –Violetta. –Bien, entonces su compañera Violetta se encargará de todo ya después le dan el dinero. Hasta el miércoles.
Y salió rápidamente seguido de Violetta.
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Cuando pensó inscribirse a una licenciatura luego de concluir sus estudios en la preparatoria abierta, lo primero que se le vino a la mente fue: "pero que estupideces, para qué necesito yo una licenciatura si gano más de lo que cualquier licenciado en X ganaría, además si alguien me reconoce sólo seré la PUTA, idiota además, que quien sabe porqué se ha metido a la universidad, seguramente para pervertir a los chavos; luego me andarían corriendo por vender droga, pues de un momento a otro ya me habrían inventado mil historias, que estupideces piensas Violetta"
La verdad es que aunque puta no era estúpida ni inculta, al contrario, su trabajo la había casi obligado a ser educada, culta, inteligente, capaz de desenvolverse en los lugares más elegantes y de tratar y hablar temas que importaban a los políticos, empresarios y a veces juniors, que al final eran los más estúpidos. Además toda su vida había tenido una curiosidad especial por aprender, por investigar y atreverse a cosas nuevas. Así había aprendido francés e inglés, lo que le había abierto la puerta a acompañar a sus clientes incluso a viajes de negocios en el extranjero.
Quizá por ello se decidió al final, justo el último día de entrega de fichas para examen de admisión, luego no se sorprendió al verse en los primeros de la lista de aceptados, se sabía inteligente pero sobre todo capaz. "Seré Puta, pensaba, pero no una cualquiera, ni una estúpida". Había elegido Psicología casi por error, es decir no lo planeo, el día que decidió solicitar la ficha sólo pensó en ir y ya, hasta que la que entregaba las fichas le pregunto: ¿para qué carrera? ¡Qué! Casi da media vuelta y corre, pero sólo se quedó mirando fijamente y de pronto, sin darse cuenta de su propia voz dijo: PSICOLOGÍA.
¿PSICOLOGÍA? Pero qué estaba pensando, por qué no dije Medicina, Derecho o cualquier otra, -se repetía una y otra vez durante todo el trayecto de la Universidad a su casa. Tal vez la respuesta se encontrara en que aunque por su curiosidad innata quería ir a la Universidad y estudiar una licenciatura, jamás había pasado por su mente ejercerla profesionalmente salvo para la vida propia, y a la Psicología se le podía sacar mucho provecho en donde ella se movía, Violetta no tenía pensado dejar de ser puta, aunque sabía que cuando la edad llegara no tendría que dejar el trabajo más bien el trabajo la dejaría a ella, sin embargo esto no le preocupaba, tenía suficientes ahorros y siempre le gustó creer que podía dedicarse a cualquier cosa una vez el trabajo le diera la espalda. Así pues, el primer día de clases se levantó tempranito, se arregló sencillo para ser como ella creía eran todas las universitarias y por segunda vez en su vida, desde aquella en que se vio desnuda por primera vez ante un hombre mayor, sintió náusea, esa que provoca el miedo y la inseguridad.
La Preparatoria la había hecho a distancia, sólo tenía que enviar trabajos e incluso los exámenes eran on line, nunca tuvo que convivir con otros adolescentes, ni lidiar con trámites y oficinas, jamás tuvo que perseguir a un profesor hasta su coche rogándole por un punto extra en su calificación final, tampoco tuvo que destrozarse la mano escribiendo a toda velocidad lo que el maestro pasaba en unas diapositivas con una letra diminuta. De cierta forma era una hija de papi,( si tuviera uno), una junior acostumbrada a un mundo donde nadie tiene que rogar nada, ni pelear por nada (al menos no con gritos, sino con astucia), donde todo era cuestión de ser cortes e inteligente y en lo académico, donde todo era cuestión de dar un clic. La Universidad no se parecía en nada a eso. Había de todas clases sociales menos de la que ella estaba acostumbrada a tratar. Pero bastó un día en la Universidad para que ella supiera todo lo que necesitaba saber de los estudiantes.
Al día siguiente se calzó tacones, se arregló el cabello larguísimo y tan negro que nunca nadie había logrado evitar un cumplido al respecto, uso maquillaje suave, muy sutil, una blusita que no dejaba ver nada sin embargo parecía que mostraba todo y unos jeans ajustados que permitían lucir su envidiable trasero. El resultado final: sensual y recatada, una niña decente, una adolescente que florece sin tener control de la belleza que proyecta, sin maldad, sin intención seductora.
Comentarios
Abrazos!!
Lo segundo: Ortografía, faltan varios acentos y puntos y comas y puntos y comas. Léete en voz alta, siempre que escribas algo, dale una leída como si fueras otra persona, cuestiónate: ¿En verdad qué entiendo al leer esto? ¿Qué imagen me proyecta? ¿Queda comprendido el mensaje que el autor quiere transmitir? En ocasiones nuestro diálogo interno es muy ruidoso y creemos que todos lo entenderán igual o de manera similar a nosotros: Lo que para mí queda sobreentendido, puede seguir siendo tinieblas para ti.
El tema me agrada, conozco ese correlato real de cierta escuela de psicología donde es más fácil encontrarse con monjas ahí que en el convento... Me gusta el dilema moral que planteas, ese mandoble de espada contra la doble máscara de la sociedad, incluso de nosotros mismos.
Puede ser una buena historia, con el trabajo adecuado puede desarrollarse y lograr coronarse con un final. Nada nace en su versión última y las ideas deben pasar un rato de gestación y un rato más de crecimiento.
Violleta no quiere vivir, simplemente no se deja atrapar, no digo que me rindo pero...quizá dentro de un tiempo.
Paso a darte las gracias por las distancias escondidas.
Estoy bien y pasare mas a menudo por aqui.
Un beso con cariño.
Cuando alguien se da cuenta o es capaz de ver a la persona que escribe detrás de lo que escribe, independientemente de que lo que escriba sea personal o no, yo digo que leen entre líneas, porque sólo así se lee lo que el escritor no ha querido escribir.
Como cuando se platica frente a alguien y los silencios, las expresiones, las miradas, dicen todo lo que no se hace en palabras.
Así tú, me lees entre líneas desde que coincidimos por este rumbo y eso...eso me agrada.
No te desaparezcas, saludos.