Borrados
A veces sólo queremos ser salvados, de vez en cuando debemos dejar ese
trabajo a nuestra mente, ella sabrá que hacer para protegernos.
-¿Apagué el gas? No
lo recuerdo. ¡Demonios! ¿Lo apagué? ¡Carajo!-
No era la primera vez que olvidaba si hacía algo o no. Al principio no
le dio importancia, en su familia siempre la habían considerado algo
"despistada" o tal vez "descuidada y distraída" sería una
mejor descripción de su persona, pero hacía unos meses que sucedía.
-¿Viste eso?
-No, ¿qué era?
-Nada, no, no era nada. (Esto es tan raro, estoy segura que vi un
perro moviendo la cola y sólo era un pedazo de tronco seco en la banqueta, umm,
ya de tanto debería acostumbrarme a estas cosas)
Ese era su tipo de pensamiento ante situaciones, digamos, un tanto
fuera de lo común, como cuando veía “personas sombra” –que así decidió
llamarlas- en cualquier parte, primero únicamente al estar sola y entonces lo
atribuía a su fantasía y al silencio que la rodeaba, pero luego comenzó a ver
animales en los objetos inanimados, escuchaba sonidos o pensaba que las cosas
se movían y entonces las miraba largo rato muy fijamente, pensando que tal vez
sería un ratón.
Durante mucho tiempo solo ignoraba estos eventos, simplemente no les
prestaba atención. Después hasta llegó a divertirle y le gustaba asustar a sus
hermanos y algunos amigos, diciéndoles que veía personas muertas e incluso
hablando sola mientras fingía mantener una conversación con algún ente
invisible. ¿En realidad lo fingía? No lo sabemos, al menos yo no lo sé, pero me
gustaría pensar que para ella sólo era un juego.
No lo tomó en serio ni se preocupó cuando ya no sólo olvidaba si había
apagado el gas, si había tomado su teléfono o lo que tenía que hacer en una
hora determinada. Tampoco le había importado no recordar todo lo que había
hecho en su día, o en qué fecha reciente había visto a una amiga y en qué lugar
se habían reunido. No le asustaban mucho sus lagunas mentales de eventos
recientes. Había pocas cosas que le asustaban y yo no sabría decirles cuáles
eran, quizá nadie lo sabía y si alguna vez alguien tuvo acceso a tanta
intimidad con ella, sólo podría haber sido el amor de su vida, que por
información mía y no de ustedes, era un hombre muerto –de forma literal-
Sin embargo pasó.
-¿Y si yo no fuera yo? ¡Cómo es posible que estando mis huellas
digitales en el registro, el aparato no me haya podido identificar! Es como si
yo no existiera. ¿Y si todo lo que creo que soy, que es mi vida, que he sido,
simplemente no es? Eso podría explicar mis lagunas mentales, y esa sensación…ese
sentimiento de repetir una y otra vez lo mismo, como si tuviera que vivir mi
vida una y otra vez, cambiando ligeramente algunos eventos y agregando algunos
años más. ¿Por qué tantos deja vu? Y ese algo, que no sé explicar, ese
sentimiento de no pertenencia a nada ni nadie y la extraña certeza de una
búsqueda perpetua. Si tan sólo pudiera contárselo a alguien sin que su reacción
fuera enviarme al Psiquiátra o al Neurólogo. En fin…
Ese fue la primera aceptación, a su manera claro está, de que algo no
iba bien en ella y probablemente el mal estaba en su cabeza. Pero cuando se dio
cuenta que en verdad tenía un problema estaba en una reunión familiar y alguien
tuvo la idea de jugar Basta, por supuesto que para Adelyn no implicaba mayor
esfuerzo, un juego muy simple de palabras contra reloj y ella era la mejor
cuando se hablaba de habilidades del léxico. Pero pasó lo que nunca podría
haber imaginado y por qué no, atrevernos a suponer, uno de sus pocos pero
terribles miedos: No recordaba las palabras, no era capaz de escribir la
palabra exacta que correspondía a alguna imagen específica de su mente.
-Esto no puede estarme pasando a mí, rayos, concéntrate, concéntrate,
sólo tienes que concentrarte- Pero su
mente seguía incapaz de ligar palabras con su significado. Caía en
desesperación. La frustración era inmensa, pero Adelyn sólo siguió dentro del
juego y fingió estar algo oxidada. Por su puesto su familia no sospechó nada.
-Quizá estoy en una etapa que aún no había vivido en mis otras vidas,
porque es claro que he vivido mil años. ¿Por qué aún no sé qué es lo que busco,
cuál es el objetivo de regresarme una y otra vez a los mismos eventos? O quizá
sólo estoy enloqueciendo. ¿Podré perder la memoria, es esto un principio de
demencia? ¿Dejaré de recordar a mis seres queridos? ¿No reconoceré mi rostro?
No quiero olvidarte, a ti no puedo olvidarte.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::CONTINUARÁ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Comentarios
Un texto muy interesante, esperaremos su continuación.
Un beso desde mis Amanteceres.
Besotes