14 de agosto de 2013
En nuestro aniversario
Vuelvo a la ilusión, vuelvo al
amor y vuelvo al vicio como una forma de volver a ti. Siempre serás mi mar, mi
deseo más infernal y sublime. Ahora te veo de lejos, desprendida de ti mi carne
y mmi alma, si hay algún hilo rojo uniéndonos aun ya no lo veo.
Te miro hacia atrás, de reojo y
por la espalda. Amar sin poseer siempre fue el fin del camino, ¿cómo podría haber sabido que lo hicimos desde el
principio? Siempre caminando en sentidos opuestos y sentirnos al lado del otro
tomando nuestras manos. Tan cerca y tan lejos. Tan lejos y tan dentro.
Un faro apagado no guiará barcos.
Un mar embravecido no salva marineros errantes. ¿El caos tiene en su centro la
anhelada calma? El viento no me hará volar por más que lo respire. Para que un
fuego dé calor ha de destruir primero aquello que
quema, y las cenizas sólo son el vestigio de lo que al fuego dio vida más no
así, de aquello a lo que el fuego dio calor.
Las sombras no son reflejo de
nada, no es el alma que se nos escapa y
el cigarrillo seguirá consumiéndose entre mis dedos aunque no lo fume y al
fumarlo, no le doy ni le quito vida.
Así, tú eres el mar, un mar rojo
y embravecido, un faro apagado, una sombra, las cenizas…el cigarrillo en mi
mano que se ha consumido ya.
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