Se va resignando a cada minuto un poco más

ya no es novedad mirar al cielo de vez en vez y encontrar nubes grises

ya no es extraño que ver el sol directo le ciegue

carga con ella una tristeza crónica...que ya no siente.


Los escalones se fueron derrumbando,

vio partirse el muro, como una gran estría de hombre obeso desde la esquina superior,

lluvia de piedras golpearon su rostro, ella no se protegio...no quizo hacerlo.


Escucha el sonido del piano, alguien lo toca, melodia romántica;

cierra los ojos y siente cómo se va elevando del suelo,

su cuerpo flota y gira en el centro del cuarto derrumbado,

emerge de entre los escombros y sus heridas abiertas derraman gotas sutiles de líquido azul

¿azul? quizá era verde amarillento, quizá es la pus y no la sangre...


Sigue girando, la música la eleva, ese piano tocado con dulce armonía...

y de sus ojos muertos aún brotan lágrimas...

Comentarios

Amanteceres ha dicho que…
Impresiona leer tu texto su melancolía deja rastros de dulzura en cada renglón...

Un besito.
HADALUNA ha dicho que…
Las lágrimas pueden brotar incluso de ojos que creemos secos.

Besitos dulces de fin de semana.

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