Desconcertante
Así de simple y tajante. Te veo
mujer y no puedo dejar de pensar que eres hombre, esos labios rellenos de
labial carmesí, ese par de senos nuevos no pueden engañar a mi mente aunque mi
cuerpo se sienta confundido.
No quedas bien en ese vestido
rojo, con ese profundo escote en la pierna; no quedas bien aunque los veinte
hombres que te ven por debajo del segundo piso piensen todo lo contrario. Tu
cuerpo esbelto y atlético no encaja con esos brazos delgados que te has hecho
poner.
Desconcertante, tanto que hasta
tu mirada cambia y tu voz…casi parece dulce. La coquetería femenina te va muy
bien, siendo yo quien soy no te he llevado a la cama sólo porque sé que eres
hombre, aunque te hayas echo amputar el pene y en su lugar colocado un clítoris
y hecho un agujero un poco más abajo. Me hablas, mis oídos captan un sonido
pero mi mente procesa otro muy distinto: una voz grave rasposa que me sacaba
suspiros por las tardes al reposar la comida.
Desconcertante, ¡eso sí que va
contigo! Hombre en cuerpo de mujer, hombre en cuerpo de hombre, desconcertante
siempre has sido.
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