Desliz
Y esta noche caí en la tentación, pero es que apenas ayer había sentido esa urgencia, aunque solo fueran esos malditos segundos infames, pero esta noche no lo pensé, te vi y no pude evitarlo, mis piernas temblaban al dirigirme hacia a ti, mi corazón parecí que se me saldría del pecho, mis manos sudaban y un nudo en la garganta cortaba mi voz.
Como pude dije hola, y aun sabiendo que tu reacción seria fria e indiferente te mire sonriente, pobre ilusa soñadora, ingenua tonta, estúpida enamorada.
¿Pero qué esperaba? Si siempre has sido así, orgulloso y arrogante, altanero y despectivo. Si volteabas a verme con desprecio sería mucho, si siquiera te dignara a firar la cabeza para verme de frente. ¿Por qué seguía yo allí como estúpida, parada a tu costado sonriendo como retardada?
Ese maldito magnetismo tuyo, esa capacidad de acaparar todo, de absorberme y extasiarme, así, sin hacer nada, con tu mera presencia arrogante.
Esta noche resbalé de nuevo y te busqué, y conseguí lo único que podía encontrar: tu indiferencia; lo único que tienes para dar: tu arrogancia; lo único que no esperaba encontrar: una lágrima cayó a tu mejilla traicionando toda tu altivez, toda tu arrogancia, todo tu desprecio...
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Besotes