Caricia

Me noqueo. Así de pronto, sin darme tiempo siquiera a presentir que una avalancha me hundiría. Engañó mis ojos y sentidos con la penumbra de la noche, confundiendo mi mente que al creerse despierta se aletargaba con su perfume...ese olor que me embriagaba.

Quizá, no lo sé, el terror venga de otra herida vieja. Me derrumbó en pleno mientras sigo erguido, mientras veo la luz. Debió ser tan sutil y profundo el golpe porque aunque tiento en todas partes, mi cuerpo no da muestra, nada sangra, nada duele y sin embargo sé que una herida nueva yace en algún rincón de mi inconsciencia, callada, tan paciente, tan sublime...escondida ya bajo la inocente creencia de que sigo en pie.

Comentarios

Desvanecerse ha dicho que…
No hay huella de tiniebla que no sea borrada por la ola de la luz.

Saludos

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