Un abrazo de miércoles
Si la magia del miércoles
trascendiera más allá del extraño entusiasmo por ser mitad de semana,
si las
burbujas flotantes del ambiente fresco de esta mañana envolvieran de brisa mis
sueños,
¿qué pediría?
Si esos minutos que parecen
avanzar y retroceder al unísono –sólo en miércoles-
tuvieran el poder de traer,
volverme y regresar;
si esta magia de miércoles llenara de sangre un par de
corazones muertos
y bombeándola despacito hacia sus brazos, en una caricia la
convirtieran,
¿de quién sería?
Si el azul del cielo, que sólo en
miércoles parece traslúcido,
permitiera no sólo imaginar, sino dejarnos ver,
una sonrisa, unos pasitos correlones, una mano que se extiende;
unos ojos que
del otro lado miran hacia abajo,
¿qué mirada nos regalarían?
Pero si todo eso, para el mágico
miércoles es imposible,
no pediré mucho entonces, tan sólo un abrazo…
de un
padre a su hija pequeña, de un amor que desde el cielo me observa,
de unos
pasitos correlones que sonrientes desde el cielo corren hacia mí,
un abrazo, en
resumen, un abrazo de miércoles.
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