¿Quién es él? Jo.
Una de las personas más
distraídas que conozco, puede olvidar la tarea hasta cinco minutos antes de que
se la pidan, seguramente olvidará más de una ocasión una fecha importante, un
cumpleaños, un encargo, dejará de enviar mensajes por largo tiempo, quizá hasta
parezca que tiene demasiados amigos y ocupaciones para dedicar suficiente
tiempo a cada uno de ellos. No obstante a veces sabe hacer una pausa, prestar
un oído a sus amigos, sabe escuchar con paciencia y dejar de lado sus propias
creencias y/o prejuicios para tratar de comprender a quien le habla. Tiene uno
de los corazones más tiernos que conozco. Sus consejos generalmente son
maduros, siempre tiende a desear lo mejor para los otros, a veces se preocupa pero
rara vez lo dice. No suele pedir ayuda en asuntos personales, se queda callado
y se acerca a su única certeza verdadera: Dios.
Es un hombre grande, reconocible
fácilmente a lo lejos por su silueta y su gran abdomen, siempre dan ganas de
llegar y abrazarle. A pesar de su tamaño es increíble que puede llegar a
perderse entre la multitud, quizá por distraído, quizá porque a veces es torpe.
Su risa es sonora, cómplice, traviesa; su seriedad puede llegar a turbar pues
normalmente es sonriente.
Siempre tiene un proyecto en
mente, su esencia es el movimiento, interno y externo, movimiento que genera
energía.
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