Inicio y Fin

La venda ha caído de mis ojos, ahora veo las cosas con tal claridad que me sorprendo; no hay dolor, no hay arrepentimiento, no hay más que la sensación que se queda cuando has concluido un ciclo, cuando has cerrado un círculo y ves en su proceso muchas líneas entrecortadas, algunas temblorosas o muy tenues, otras en cambio firmes y marcadas.

Fue necesario en el proceso, resbalar una y otra vez, aun sabiendo que lo hacía. En ocasiones no puedes terminar nada hasta tocar fondo, yo toque fondo y ahora el único camino a seguir es hacia arriba. Las crisis son así, mis ciclos son así, tengo que reestructurarme, reorganizar mi mente, emociones y sentimientos para salir de ellos y cuando los concluyo emerjo con más fuerza.

Aprendí cosas nuevas en esa etapa que concluyó, sobre todo en el duelo que le siguió, aprendí a dar sin esperar, que no es lo mismo a recibir; aprendí a amar en libertad y dar libertad al amar, conocí el cariño puro, aquel que solo espera que el otro esté bien no importa cómo o con quien…sería interminable la lista de lo que me llevo, de lo que gano, de lo que me queda.

Comprendí al fin la diferencia entre querer y amar, renové viejos lazos emocionales, me reencontré a mí misma, recobré la energía por vivir, que puedo decir tengo más ganancias que pérdidas, aunque para ello tuve primero que ser herida, tuve que llorar y sufrir…al final los resultados son positivos.

Había olvidado por unos meses cuanto amo yo mi libertad, mi soledad, mi alegría infantil y estúpida, es decir, sin sentido alguno; había olvidado lo hermoso que es estar enamorada del amor, así, sin más.

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