I you belong and go away


Podía haberse quedado viéndolo plácidamente, extasiada, embelesada con su rostro, con sus manos, con cada mueca de su boca hasta que la venciera el sueño...

Fue entonces que comprendió lo que le estaba pasando y ya no quiso mirar más, cerró los ojos y se hizo la indiferente, se dispuso a dormir...

Pero aún medio dormida y cansada, y con la luz ya apagada intentaba entre la penunbra vislumbrar su rostro y suspiraba, se abrazaba a él como quien sabe que se está despidiendo, quería tenerlo así por mucho, mucho tiempo, guardarlo en su memoria de esa forma, que la imagen de ella abrazada a su cuerpo desnudo permaneciera en su memoria como una fotografía, como la más linda fotografía...

Comentarios

aapayés ha dicho que…
siempre es un placer pasar por tu espacio.. me gusta

saludos fraternos con cariño
un abrazo

besos
suspiros ha dicho que…
querido Adolfo Payés, te has convertido en uno de mis más asiduos lectores y eso te lo agradezco de corazón.

un abrazo de oso
BeN-HuR VaLDéS LLaMa ha dicho que…
Gracias por tu visita y tu comentario, es agradable saber que cada día más son los lectores que ocupas las páginas de mi blog [...] enhorabuena por el tuyo, seguire leyendote.



Un saludo desde CANTABRIA
Anónimo ha dicho que…
Abrazar a alguien cuando sentimos que nos estamos despidiendo, es algo que puede resultar extremadamente doloroso. Al menos, a mí me ha pasado varias veces... y sólo al recordarlo se me eriza la piel.

Besos.
Desvanecerse ha dicho que…
El ímpetu de un instante se mide por la intensidad de su fulgor.
Besotes
Eternauta ha dicho que…
Es congelar un segundo,encontrar su belleza, intentar perpetuarla para siempre...quiero un Delorean para detener viajar en el tiempo..pero lo bello de todo esto es que solo ocurre una vez, y por eso es invaluable

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