Escisión

-Hola, soy Andrea, pasa y siéntate donde te guste más.

La niña asustada que abrió la puerta acompañada de su madre, se quedó en el umbral dudando un poco. Su madre la empujó dentro y cerró la puerta a su espalda…

-Cómo te llamas?

-Soy Neli

-Hola Neli, qué gusto conocerte, ven siéntate cerca de mí, estás asustada? Sabes por qué te ha traído aquí tu mami?

Neli se sienta en el sillón más alejado de la terapeuta y el más cercano a la puerta. Observa la ventana que da hacia un jardín y luego dirige su mirada a Andrea. Una mirada triste, llena de resignación.

-Sí, mi mamá me trae porque todos están preocupados por mí.

-Y sabes por qué están preocupados?

-No

-Bien, quieres jugar conmigo? Aquí tengo muchos juguetes, escoge el que tu quieras. Si te gusta jugar verdad? Puede hacer lo que tú quieras con estos juguetes.

Sería interesante saber qué juguetes escogió Neli, a mí me hubiera gustado además ver a qué jugaba, pero la historia está incompleta, y nadie recuerda que hizo Neli, si regresó días después y siguió jugando, o si nunca más volvió a ver a través de esa ventana que daba a un jardín…

Lo único que sé es que cuatro años más tarde yacía sobre una cama de hospital con un lavado gástrico, después de un intento de suicidio, si no lo recuerdan regresen a la entrada del 8 de enero: la historia de Neli

Esas dos escenas, son el inicio y el fin de una tormentosa relación incestuosa que duró un poco más de cuatro años, que comenzó como un abuso sexual por parte de su tío, hasta que él mismo se convirtió en el centro de la vida de Neli, en su ilusión, en su gran amor…

-Me quieres? Por qué no me llevas lejos, por qué tenemos que escondernos, que hay de malo en que te quiera, por qué no puedo decirle a nadie?

-Claro que te quiero, eres la niña más hermosa, pero tu padre se enojaría mucho si se entera porque jamás lo podrá entender, no es que sea malo, pero tú eres una niña y yo ya soy grande, pero te prometo que en cuanto cumplas 18 te llevaré lejos y nadie podrá separarnos nunca. Lo juro.

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-Quién es ella, papá dijo que estaba embarazada de ti, es cierto? La amas? Jamás me dijiste que… qué es ella de ti? Por qué yo no sabía de ella…

-A ti es a quien quiero, mírame, sólo mírame, qué te dicen mis ojos? Ella se llama Margarita y tengo que estar a su lado porque va a tener un hijo mío, si tan solo tú fueras mayor… perdóname.

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-Por favor déjame ir, me hace daño estar contigo, me duele, no entiendo que pasa pero algo me dice que es incorrecto, que es malo que estemos juntos, que tú y yo no debemos querernos, no debemos tocarnos, por favor ya déjame ir…

-No, no puedes, no quiero, eres mía, mía hasta el final y no te dejaré nunca. Además, ya nadie te querrá después de esto, sólo yo puedo quererte, nadie quiere a una mujer que ya ha sido tocada por un hombre…eres mía, entiéndelo…

El final no estaba muy lejos. Él le pedía a Neli que le escribiera cartas, y ella lo hacía cotidianamente, nunca hubo una respuesta de su parte, algún tiempo después todas las cartas fueron halladas guardadas en el último cajón de su cuarto junto con un par de brasieres de ella.

Fue una tarde soleada, mientras ella cuidaba el “negocio” de su padre y se entretenía escribiendo una carta para él, la carta empezaba quejándose de su “madre” y continuaba con la descripción de un sueño, un sueño en el bosque a donde escapaban juntos, era de noche y el cielo se iluminaba con una gran luna llena, de esas que sólo se ven en el mes de octubre; se recostaban sobre la hierba, el acariciando su cabello y ella pidiendo que la besara… la continuación de la carta fue interrumpida de tajo por la irrupción del padre de Neli.

-Qué haces? – interrogó frunciendo el seño en gesto acusador, cómo si intuyera lo que Neli hacía.

-Una carta papi, una carta para mi mamá.

-Quiero verla- dijo secamente y arrancándole el cuaderno. Neli sintió cómo su estómago se hacía un nudo, palideció y bajo la vista, quedándose muda y paralizada.

Su padre arrojó el cuaderno a la basura y comenzó a golpear la mesa, buscó a su alrededor con la mirada de un loco; Neli sabía lo que seguiría, llegó incluso a temer por su vida. Su padre encontró lo que buscaba: la regla de aluminio con que cortaba las hojas de cristal. Golpeando con ella la mesa fuertemente preguntó: ¡para quien es!

-Para nadie, lo juro

-Es para él, verdad? Para el imbécil de tu tío¡¡¡ ve por él, rápido, ahora mismo vas a darte cuenta de la basura a la que crees amar. Eres una estúpida si piensas que él te quiere, que no te das cuenta que esto está mal? – vociferaba, mientras aventaba cosas a su alrededor y la abofeteaba repetidas veces, Neli sólo sollozaba intentando no llorar, sabía que eso sólo irritaría más a su padre. En un movimiento su padre le lanzó una cuchilla, que por milagro Neli logró esquivar, entonces corrió a buscar a su tío, llorando llegó a él y le dijo que su padre lo buscaba y estaba muy enojado.

La reacción del tío la dejó perpleja:

-Dile que él venga, no voy a salir de aquí, suéltame, tú tienes la culpa de esto. Deja de llorar y vete

Su padre siguiéndola detrás…

-Dónde está?¡ cabrón sal de allí si eres tan valiente, anda, maldito imbécil te voy a matar¡¡

Y detrás el abuelo, la abuela, la tía, la madre de Neli, todos suplicando…

La historia vuelve a tener lagunas, pero Neli no olvida jamás esta escena:

En el patio principal, rodeados del abuelo, la abuela, la tía y la mamá, Neli en el centro entre su padre y su tío, su padre la toma por lo hombros dándole una fuerte bofetada y volteándola para que quede de frente a su gran amor, gritándole –mira, mira a tu hombre, este es al que dices amar, míralo y pregúntale, que te diga ahora que te quiere…
Ella lo ve con lágrimas en sus ojos, esperando encontrar alivio en su mirar, esperando una seña de aliento, algo que le indicara que todo acabaría pronto, que él, el amor de su vida la rescataría; pero sólo se encontró con un rostro frío, indiferente que ni siquiera volvió su cara para verla…

Muchas veces he intentado antes contar la historia de Neli, pero es tan complicado, y cada vez que lo intento sólo consigo fragmentos, muchos de ellos sin hilación, desordenados cronológicamente, fragmentos sin nexos. Así que me quedo frustrada, sabiendo que la historia está aquí en mi mente, está toda completa, pero es imposible escribirla, contarla…

Ahora no he logrado algo diferente, la historia tiene fragmentos de diálogos atemporales, no hay principio ni fin, no me es posible mostrar lo triste que Neli se sentía al final, lo enamorada que estuvo, lo mucho que amo a ese hombre, lo asustada que se encontraba al principio, lo sola que estuvo todo el tiempo, lo doloroso que fue el “darse cuenta”, ni siquiera puedo explicar de que se dio cuenta, qué descubrió cuando todo explotó en su cara, y cómo lucho y sufrió por olvidar, por seguir su vida y ser “normal”.

Esta historia es decepcionante…

Comentarios

Eco ha dicho que…
Decepcionante... ¿Para quién?

Es dolorosa, es frustrante, pero no decepcionante, me parece una historia fuerte, llena de contenido.



Y si no puedes recordar la historia, ¿por que no hacerla?



No le veo sentido atormentarse por no poder escribir una historia, sino sale de la manera en que la estás buscando, deberías escribirla en un estilo que sí te quede.


Saludos
Desvanecerse ha dicho que…
Toda historia se carga de la tragicomedia que gobierna la realidad.
Gracias por dejarme descubrirte.
Besotes
suspiros ha dicho que…
Gracias a ti por encontrarme

y buscarme...leerme, hablarme, aunque sea sólo aquí.

un abrazo
Pierina ha dicho que…
Puedo imaginarme bajo la piel de esa chica y creo entenderla, me gusta que no termine la hace mucho mas real


Cuidate.
M. Hunter ha dicho que…
Sin palabras, la verdad. Es una historia bastante dolorosa, impactante, pero sin duda nos da curiosidad saber más de Neli.

Me encantó tu blog, ya estás en mis favoritos!

Saludos!

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