Confesiones II

Después de esa vez, (http://suspirosahogados.blogspot.com/2009/03/confesiones-i.html) mi tercera vez, todo fue diferente, en realidad ya no tenía motivo alguno para seguir haciéndolo, más que el enorme placer que me provocaba.

No es tan difícil de entender, podríamos compararlo con el seductor, el buen amante, su placer no reside precisamente en el sexo en sí, si no en todo lo que le rodea, en la seducción, en la manera particular y única en que se comportará cada una de sus féminas en la intimidad. A mí me pasa similar, el placer que me provoca el matar no es el matar en sí, es el acechar, el planearlo o sentir la emoción del peligro al elegir alguien al azar, el ver sus ojos y expresiones, ninguna es igual aunque todas en algún momento expresen terror.

Por eso mi colección es tan variada. Pero me decepcionas al pedirme que te cuente solo aquellos casos que fueron más aterradores, dime cual es la prisa, no entiendes que el mayor deleite se basa en las formas más simples.

Además, nada mejor como estar en el pasillo de la muerte para volver a recordar, volver a vivir mientras te cuento cada uno de mis asesinatos. Vamos sé paciente que la que va a morir soy yo.

Olvidemos el orden cronológico, soy mala con el tiempo, recuerdo un pequeño, un niño hermoso de grandes ojos traviesos, ávidos de vivir y crecer. La primera vez que lo vi fue en la Alameda, debió ser un día festivo pues había muchas familias conviviendo felizmente, pero él se había alejado de sus hermanos y sus padres, andaba en una patineta a pesar de las advertencias de su madre.

Desde que lo vi sentí el deseo de arrancarle esa alegría de la mirada, ese ímpetu por la vida, pero nunca antes había dañado a un niño, me sentía incapaz de hacerlo directamente, así que comencé a seguirlo, identifique su casa, los horarios de cada integrante de la familia, supe todo, vamos hasta cada cuando tenían sexo sus padres.

Planee todo, y el día que elegí llegó, un sábado por la mañana, muy temprano, sus padres solían tener sexo matutino el fin de semana, y Sebastian (ese es su nombre) junto con su hermano pequeño se levantaban e iban directamente a la sala a ver las caricaturas sabatinas.

Pero cuando entre en la casa, armada de mi navaja y mis ya conocidos instrumentos de cirujano, no quise llevar mi arma, sentí miedo, puedes creerlo, miedo yo, un miedo inexplicable, un terror de volver a ver esos grandes ojos llenos de felicidad y vida.

No podía soportarlo, ya antes había asesinado una pareja lo recuerdas?(http://suspirosahogados.blogspot.com/2009/01/sentencia.html) Pero era ese niño, Sebastian, esa mirada me dominaba. Sin embargo seguí caminando hacia el cuarto de los padres, comprobé que estuvieran ocupados y avancé hacia la sala, Sebastian me vio y quiso gritar, pero en vez de eso se puso la mano en la boca y me miró fijamente, jamás olvidaré esa mirada, no expresaba miedo, enojo o desconcierto, no sé qué quería decir esa mirada.

Iván, que era su hermano menor, tendría unos 5 años, estaba atento en la televisión. Supe entonces que no podría hacerlo. Sebastian traía una gorra roja, le pedí que por favor me permitiera quedármela, me la dio y me retiré.

Ya ves, no soy tan cruel… a veces.

Comentarios

Desvanecerse ha dicho que…
Es mas bien lo que tiene el amor, porque no es ningún fin, sino el medio.
Besotes
PD.La melodia que suena en tu blog esta sacada de los jardines donde nací y permanezco.
Anónimo ha dicho que…
Uuuuuuuuuuufffffffffffff... no he leído las anteriores entregas, pero... ¡coooño, qué fuerteeeeee!

Desde luego, es original y totalmente sorprendente e impactante.

Besosssssss.
suspiros ha dicho que…
Desvanecerse: te refieres al concierto de Aranjuez verdad? es hermonso, me llena de una tranquilidad infinita.

Diavolo: tienes que leer las dos entradas que menciono creo que te van a impactar más.
Eco ha dicho que…
Yo no concuerdo con Diavolo. Siento que le falta algo a tu personaje, es demasiado convencional. Sus acciones son las de un asesino pero su lenguaje, su forma de expresarse no.

Creo que realmente te falta nutrir un poco al personaje. Observa por ejemplo al Joker de Ledger, su lenguaje, sus movimientos, el lamerse las comisuras de los labios.

Dale una personalidad única, hasta ahora no es más que un asesino genérico que se sobreestima, le falta ese toque de originalidad.

Cada asesino como cada persona tiene que tener su toque personal. Le falta un poco de vida al personaje. Nutrelo, sientelo. Dicen que lo difícil de hacer un antagonista es que en momentos te das cuenta que no es tan malo lo que el siente. Que te sientes identificado y lo interiorizas un poco.


Bueno, creo que está bien que quieras incursionar en el campo de los asesinatos, pero siento que te falta lograr capturar la esencia del personaje.

Keep the good work. Yo sé que podrás hacerme estremecer.
Amanteceres ha dicho que…
UFFFFFFFF!! Me gusta el final...
jajaja.

Un beso.

Entradas populares